Después de un exhaustivo proceso de investigación, llega el momento de presentar las recomendaciones en tu tesis. Esta sección no solo refleja la aplicación práctica de tus hallazgos, sino que también demuestra tu capacidad para visualizar el impacto y las implicaciones de tu trabajo. A continuación, te ofrecemos algunos consejos para redactar recomendaciones claras y útiles.
Tus recomendaciones deben surgir directamente de tus hallazgos y conclusiones. Es fundamental que estén firmemente arraigadas en los resultados de tu investigación. Evita hacer sugerencias generales o vagas que no estén respaldadas por tus datos y análisis.
Cada recomendación debe ser lo suficientemente específica como para ser accionable. En lugar de generalidades, ofrece sugerencias concretas. Por ejemplo, si tu investigación trata sobre estrategias de enseñanza, en lugar de simplemente recomendar «mejorar métodos de enseñanza», podrías sugerir «integrar herramientas interactivas digitales en el aula para aumentar la participación de los estudiantes».
Las recomendaciones deben ser claras y concisas. Los lectores deben poder comprender fácilmente qué estás sugiriendo y por qué. Usa un lenguaje directo y evita los tecnicismos innecesarios que podrían confundir a los lectores no especializados.
Identifica a quién van dirigidas tus recomendaciones. Puede ser a otros investigadores, a profesionales del sector, a responsables de políticas educativas, etc. Al dirigir tus recomendaciones a un público específico, puedes hacerlas más relevantes y prácticas.
Además de las recomendaciones prácticas, considera sugerir áreas para futuras investigaciones. Esto es particularmente útil para otros académicos o estudiantes interesados en continuar con el trabajo en tu campo de estudio.
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